EL RETORNO DE CARMEN

Carmen, Amoreiras Portugal, 2003

Al final mi Señora Esposa y madre de mis hijas, se animó a echarse un bañín porque prestaba. Sol, glass, calor, tarde libre, tablón "nuevo" un Takayama epoxy nose rider 9'3'' que es una delicia, ligero, equilibrado, remón, y flotón. Cualidades mas que aptas para una semi principiante como ella.

Como no, fuimos al Bu. Sus irrompibles crestas babosas hacen de este pico un sitio ideal para el long y el aprendizaje, con lo cual de lujo.

Un poco tensa al principio, por ver venir olas y no tener claro si las libraba, agarrotada, llegó al pico tras mas de 4 años sin surfear. Antes hacia sus pinitos, -no pinito cochinilla como yo-, unos pinitos que eran ponerse de pie y encarar la ola y la pared. Que no es moco de pavo.

Luchó contra su cuerpo, que no es el de antes de tener a las dos cachorras, y este es el primer deporte que hace desde entonces.

Luchó contra su tensión, nervios, agobio, acojone por ver las olas mas grandes por falta de costumbre.

Luchó contra las olas, remando espumas y al intentar enganchar varias olas que no se dejaron coger.

Preguntó, ¿donde me pongo?, perdida en un sitio que antes conocía, ¿cual cojo?, cuando antes la mas bruta de la serie o la pillaba o la cazaba.

Y enganchó una, y otra, y otra, de unos 60 metros de recorrido, aguantó con equilibrio algun botom jodio, tardó en ponerse de pie, puso la rodilla antes, no saltó, no pisó atrás para encarar la tabla, no diopasos, ni cruzo los pies. Nada estético, ni fluido.

Pero se llevó en mi opinión las dos orejas y el rabo. Un triunfo que hizo que por primera desde hacia algun tiempo saliera fuera la niña o el niño que llevamos dentro, que jugando se divierte y que tras jugar se pregunta si lo hizo bien y reflexiona brillando en los ojos con la mirada perdida en el recuerdo del momento en que surfeó esa ola.

Una sonrisa de oreja a oreja, la sonrisa plácida que sólo nosotros los surferos conocemos iluminaba serenamente su cara. También el cansancio y poder olvidar por momentos los problemas cotidianos llenan el espíritu. Cargan el alma. Energía de una ola que da energía a un espíritu.

No me voy a poner místico, pero no puedo evitarlo, Aloha Carmen, ojalá te lo sigas pasando bien.

El mejor surfero es el que mejor se lo pasa,